4.500 años después que los jóvenes decidieran su eterno viaje de amor, en el año 1520 Luigi de Porto escribió la primera versión de Julieta y Romeo (sí, Julieta y Romeo... escriben de amor y fallan en la gentileza), la que a su vez originó numerosas historias en prosa, verso, ballet y teatro referidas a la invención y fantasía de ese amor literario. Fue el inglés William Shakespeare que en 1595 la adaptó, estrenó y ambiento en Verona el 29 de enero de ese año... a menos de 45 km. de donde retozaban los eternos Amantes de Valdaro.
El maestro desata todo ese amor, le crea vida social en Verona, logra percibir y entregarnos numerosos elementos de evidencia de ese amor real y amor superior presente en la cercanía.
Ya nos hemos enterado de lo que todos en su barrio comentaban... ”se ven muy enamorados... un amor así no existe... todo terminará cuando enfrenten la dura realidad... es que ni siquiera quieren trabajar”
“Es que todo lo que ellos deseaban era vivir el uno para el otro... no separarse jamás” comento una amiga (que no quiso dar su nombre) consultada a raíz de la desaparición de la joven pareja.
“Se declara en rebeldía a “el amante” por no concurrir al cumplimiento de los deberes militares que la defensa de la patria reclama”.
"Es un caso extraordinario", dijo Elena Menotti. "No se ha encontrado un sepelio doble del período neolítico, mucho menos de dos personas abrazadas, y ellos realmente están abrazados", agregó la arqueóloga.
En mi opinión (y nunca me otorgo más de un 5% de cada verdad) hicieron lo correcto... irse a disfrutar su dulce compañía... entrecruzar sus corazones en un abrazo que debe seguir hacía la eternidad... vivir el amor que todo lo da... que no se irrita... que todo lo cree... todo lo espera... y en este caso, con más fuerza, todo lo soporta.
En mi caso... me debato entre la vida y el amor... No hay lugar para la muerte.
La vida para vivirla y el amor para disfrutarla.La muerte para superarla... ellos por seis mil años lo lograron... debemos permitirles ir por más.